Comentario No. 045
- manuscrito
- transcripcion
- comentario
- manuscrito & transcripcion
Fecha: 1528, febrero 15. Burgos, España
Tema: El Rey de España aprobó una prohibición que se decía había sido establecida por los funcionarios coloniales contra la importación de “negros libres” y “ladinos”, ya que se les consideraba incitadores de rebeliones y “otras cosas en daño de la tierra”. Así mismo el rey anuló una orden anterior que permitía a los negros esclavizados comprar su libertad. Y se quejó de que sus propios burócratas reales en la española estaban poniendo un precio inferior al real a los esclavos importados a la colonia como manera de pagar menos almojarifazgo(impuesto sobre importaciones) a la misma Corona.
Fuente: Portal de Archivos Españoles, Archivo General de Indias, Indiferente,421, L.13, f.7r-10v.
La década de 1520 fue una de expansión del negocio del azúcar de caña en La Española, que se concibió y se lanzó como una copia del ya bien conocido sistema de plantaciones, basado en esclavitud negra, establecido en las islas Canarias y Madeira. En el contexto local de caída de la mano de obra indígena antes esclavizada, la expansión de ese modelo de cañaverales azucareros implicaba una expansión de la importación de africanos negros esclavizados, ya que ningún español se sometería así mismo a la experiencia extenuante y deshumanizadora de peón en una plantación. La década marcó así mismo el surgimiento de las primeras rebeliones colectivas de negros documentadas en la colonia.
Como se muestra en este documento, hacia 1528 la corona española estaba intentando responder a los insistentes reclamos de los colonizadores de La Española de negros esclavizados, refiriéndose al asiento o contrato establecido con el gobernador de Bresa para el envío y la venta de 4,000 esclavos a toda la región del Caribe, el cual se esperaba iba a suplir toda la demanda de fuerza de trabajo.
Parece que la Corona había solicitado, y ya recibido, algún tipo de descripción escrita de los tipos de colonizadores que recibirían esclavos en La Española, pero al mismo tiempo el rey se quejaba de que sus propias autoridades coloniales no le estaban informando claramente de su gestión respecto a los nuevos esclavos que se estaban distribuyendo tanto en la isla como en Tierra Firme, indicando que había recibido información de que estaban incurriendo en una evasión de impuestos masiva al declarar precios de los esclavos a su llegada que eran más bajos que los verdaderos, de manera que sus asociados tuviesen que pagar menos impuestos a la Corona. Se estaba haciendo también, según el rey, un claro contrabando de esclavos. Como intento de impedir esta práctica fraudulenta ejercida por los propios funcionarios designados por la Corona, el rey ordenó a sus representantes tanto de la Audiencia, como de la Oficina de la Tesorería Real y del Cabildo de Santo Domingo, el participar juntos obligatoriamente en la supervisión de la recaudación de impuestos relacionada con la venta y compra de nuevos esclavos.
Otro elemento interesante en este documento es la aprobación expresada por el rey a las prohibiciones anteriores establecidas por el Cabildo de Santo Domingo contra la llegada de personas negras libres y negros esclavizados ladinos, ambos acusados abiertamente de ser responsables de incitar e inducir a otros negros esclavizados a rebelarse y a participar en “otras cosas en daño de la tierra”. Esta preocupación por la conducta subversiva de esos negros que hablaban español o eran libres aparece en otras fuentes sobre este temprano periodo de la sociedad de La Española, como las ordenanzas sobre negros de 1528, e indirectamente nos habla de las solidaridades establecidas entre negros de distintos estatus sociales y diferentes grados de aculturación a la sociedad colonial criolla.
Un miedo social similar al activismo o agencia histórica de los negros tanto esclavizados como libres parece obvio en la prohibición hecha por el Cabildo de Santo Domingo de la compra de libertad por parte de los negros esclavizados al precio de veinte marcos de oro. La compra de libertad había sido hasta poco antes de acuerdo con este documento, promovida por la misma Corona –posiblemente con la intención original de animar a los esclavos a conformarse con su estatus de sugestión por algún tiempo, al menos durante los años que presuntamente fueran necesarios para poder adquirir o ahorrar algún dinero– pero en este documento de 1528 el rey decidió abandonar su previa iniciativa y apoyar la decisión contraria de los colonizadores de Santo Domingo. Lo cual significa que, cuando esta práctica fue permitida o promovida, los negros esclavizados se aprovecharon de ella para obtener su libertad.